ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS DE APRENDIZAJE
La
inteligencia no se identifica en la actualidad tanto con los
conocimientos como con el conjunto de habilidades que permiten
afrontar y enfrentar las situaciones inteligentemente. Es un sistema
abierto en continuo cambio con posibilidades de mejorar
constantemente. El estudiante es un ser que construye sus propios
conocimientos, utilizando inteligentemente las estrategias que posee.
En
la actualidad, el profesor no es un mero transmisor de conocimientos,
ha pasado a ser la persona que ayuda a aprender, a construir
conocimientos, organizar situaciones, estructurar y comprender la
información, en definitiva ayuda a aprender a pensar.
Las estrategias
promueven un aprendizaje autónomo, independiente, de manera que las
riendas y el control del aprendizaje vayan pasando de las manos del
profesor a las manos de los alumnos. Esto es especialmente provechoso
cuando el estudiante ya es capaz de planificar, regular y evaluar su
propio aprendizaje, es decir, cuando posee y domina las estrategias
de aprendizaje llamadas metacognitivas.
Las estrategias
de aprendizaje no son otra cosa que las operaciones del pensamiento
enfrentadas a la tarea del aprendizaje. Se puede decir que son las
grandes herramientas del pensamiento, puestas en marcha por el
estudiante cuando tiene que comprender un texto, adquirir
conocimientos o resolver problemas.
Las estrategias
de aprendizaje están directamente relacionadas con la calidad del
aprendizaje del estudiante, permiten identificar y diagnosticar las
causas del bajo o alto rendimiento escolar.
Las estrategias
para promover un aprendizaje significativo y funcional deben
despertar interés, fomentar la participación y socialización del
individuo, desarrollar valores, procesar adecuadamente la información
y permitir la resolución de problemas.
Durante varias
sesiones voy a ir explicando algunas estrategias de aprendizaje, que
a pesar de ser conocidos por todos a veces no utilizamos, siendo muy
interesantes en el aprendizaje tanto escolar como para la vida
diaria.
SEIS SOMBREROS PARA PENSAR
Edward de Bono, psicologo instructor en el tema del pensamiento, nos deja en su libro “Seis sombreros para pensar”, una estupenda herramienta para trabajar la toma de decisiones en grupo.
Cada
sombrero representa uno de los elementos del pensamiento:
- Sombrero blanco: es un sombrero para pensar de manera más objetiva y neutral posible.
- Sombrero negro: para ser críticos de una manera negativa y pensar por qué algo no podría salir bien.
- Sombrero rojo: para expresar nuestros sentimientos, sin necesidad de justificación.
- Sombrero amarillo: al contrario que el sombrero negro, con este se intenta buscar los aspectos positivos sobre un determinado aspecto.
- Sombrero verde: abre las posibilidades creativas y está íntimamente relacionado con su idea de pensamiento lateral o divergente.
- Sombrero azul: es el que controla al resto de sombreros; controla los tiempos y el orden de los mismos.
Este método lo utilizaremos en grupos de 6 personas, cada una de ellas tomará la personalidad de un sombrero y tendrá que trabajar el tema dado desde la perspectiva de ese sombrero. Con esto logramos que un mismo tema pueda ser visto de 6 maneras diferentes, lo que enriquece,sin duda, al grupo ya que podremos aprender de los demás y de su forma particular de afrontar las situaciones.
En
el uso típico un proyecto comenzaría con una acción extendida de
sombrero blanco, para que todo el mundo se ponga en la misma
situación, creando una visión compartida de la materia a tratar.
Después, cada sombrero es usado sólo durante unos cuantos minutos,
excepto el sombrero rojo, que está limitado a treinta segundos para
asegurarse de que la reacción es realmente instintiva, más que una
forma de juicio. Este intervalo se cree que tiene un impacto positivo
en el proceso de pensamiento.
Con
este método el grupo focaliza sus esfuerzos en los elementos más
importantes del tema a tratar, ya que cada sombrero tiene una visión
concreta.
Hay
algunas versiones de este método en las que se utiliza un séptimo
sombrero, que sería verde y rosa, con lunares azules, que permite la
aplicación de la experiencia entrelazando lo ocurrido con lo
conocido por experiencia, asimilando los hechos ocurridos con otros
que el sujeto haya podido vivir y aplicando lo nuevo que hemos
aprendido.